Si hay una temática recurrente en la historia de las letras
de la música pop es aquella en la que un amante despechado le dice al causante
de su despecho algo así como que nadie volverá a quererle nunca de la manera en
que él o ella lo ha hecho. Es ésta una práctica tan antigua que podemos
encontrar muestras de ella hasta en la poesía del poeta romántico y patrón de
los letristas lloricas Gustavo Adolfo Bécquer.
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!
Parece muy extendida, por tanto, la idea de que no existe
declaración de amor más poderosa que el “nadie va a quererte tanto como yo”,
fórmula que, sin embargo, yo siempre he encontrado bastante ofensiva de cara a
la persona amada, a la que parecemos decirle que posee unas virtudes tan escasas
o escondidas, que suficiente milagro ha sido el encontrar a alguien que las
aprecie como para encima dejarle marchar. Llamadme loco, pero creo que eso es
algo no muy bonito de decir.como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!
¿Qué clase de infantiloide argumento amoroso es el “yo más que ninguno”? Cuando he estado enamorado de alguien, y quiero decir, cuando he estado REALMENTE ENAMORADO de alguien, lo que me sorprendía era que el resto del mundo no viera a esa persona de la misma forma en que yo lo hacía. ¿Cómo podía salir a un bar sin que todos los hombres se la abalanzasen encima? ¿Cómo se resistían sus compañeros de trabajo a arrancarle la ropa? ¿Cómo era posible que los taxistas la llevasen a su destino en lugar de secuestrarla y amarla en su cautiverio? ¿Qué clase de droga tomaban sus amigas para no caer en el lesbianismo al estar cerca de ella? ¿A qué dioses se encomendaron sus hermanos para librar el incesto? Porque… ¿cómo no va a amarla todo el mundo tanto como yo lo hago, si es MARAVILLOSA?
Es por eso que estoy convencido de que todas y cada una de
las chicas a las que he amado encontrarán a otras personas que las amen tanto
como yo lo hice. Otra cosa es si yo volveré a encontrar a alguien a quien ame
tanto como amé a alguna de ellas. Y, precisamente, creo que ésa misma es la
duda que atormentaba a los autores de las siguientes canciones, magníficas
joyas del despecho amoroso que ponen de manifiesto que, cuando decimos “nadie
va a quererte tanto como yo”, lo que en verdad queremos decir es “nunca querré
a nadie de la manera en que te quiero”.
Como yo te amo, de Manuel Alejandro y cantada por Rocío Jurado.
Es una de mis canciones españolas favoritas de todos los
tiempos. Por mucho que el estribillo se centre en el aspecto positivo, ese “amor de forma sobrehumana”,
el motor de la letra es ese despecho convertido en fuerza de la naturaleza y
repetido en “nadie te amará”.Dime Carmen, de Los Chichos.
Si la falta de tacto es una constante en esta lista, esta
canción de Los Chicos, con conflicto sobre la custodia filial incluido, compite
en una categoría aparte.
Gracias a Raúl Guillén por la sugerencia.
No mereces que te quiera
no te llevarás al niño
yo te quise como a nadie
Nunca te lo has merecido
no te llevarás al niño
yo te quise como a nadie
Nunca te lo has merecido
Como yo nadie te ha amado, de Nolberto Alkla.
Está claro que el concepto “nadie te ha querido más que yo”
es una cosa muy latina y muy racial. Por eso no me ha extrañado encontrarme con
más de veinte versiones de artistas bachata-friendly de esta canción a la que
llego gracias a la sugerencia de Víctor F. Nuñez. De entre Jorge Luis, Los Totora,
Yuridia o Eddy Herrera, me quedo con la de Nolberto Alkla.
Pero lo tremendo ha sido descubrir, al buscar al autor de la
original, que no es otro que Bon “Botox-mejor-que-sobre-que-no-que-falte” Jovi
al que muchos recordaréis, más que por la música, por haber sido noviete de
Carrie en un episodio de Sexo en Nueva York.
Como yo, de Gusi &
Beto.
En este caso, la falta de ingenio de los autores a la hora
de elegir el enfoque desde el que aproximarse al conflicto amoroso, queda
totalmente compensado con rimas como: “Quizás no te traiga flores ni viajes al
infinito / Pero te daré canciones pa´ enamorarte un poquito”. Después, riman “alucinante”
con “instante”. Ni tan mal. El ritmito me gusta, eso sí.
Como yo, de Juan Magán.
Con el mismo título que la anterior, ya veis que el latineo,
venga de donde venga y sea de la época que sea, es muy de quererte más que
nadie. Eso sí, si fuese la pareja de Juan Magán, me miraría el estar con
alguien que tiene una canción en la que, aunque su estribillo dice “como tú no
hay dos, como tú no hay dos”, el pronombre más repetido es “yo”.
Quien te quiere como yo, de Carlos Baute.
No hay un solo día en que no eche de menos Elígeme, ese programa de Cuatro presentado por Baute cuyo propósito consistía en emparejar a una chica con algún posible candidato, a pesar de lo cual, él intentaba a follarse a todas y cada una de las concursantes delante de las cámaras y sin disimulo alguno. Ellas sí que pueden dar fe de si han encontrado a otro que les quiera tanto como Carlos.
No hay un solo día en que no eche de menos Elígeme, ese programa de Cuatro presentado por Baute cuyo propósito consistía en emparejar a una chica con algún posible candidato, a pesar de lo cual, él intentaba a follarse a todas y cada una de las concursantes delante de las cámaras y sin disimulo alguno. Ellas sí que pueden dar fe de si han encontrado a otro que les quiera tanto como Carlos.
Como lo hice yo, de Sandro.
Soy muy fan de Sandro, del que los Rusos versionamos durante
años Ave de paso (deberíamos grabarla
algún día). Al principio parece que por fin encontramos un interlocutor que
duda si la persona amada encontrará a alguien que le quiere tanto como él: “No
sé si tendrás en tu vida / quien te de cariño como lo hice yo./ No sé si podrán
abrazarte /después de amarte como lo hice yo.”
Pero al final nada, otro que sigue en sus trece: “No sé si
tendrás otra hoguera,/ que te queme tanto como lo hice yo... /mas nunca tendrás
quien te quiera... / lo juro por ésta...como lo hice yo.” (No sé vosotros, pero
cuando dice “lo juro por ésta”, yo me imagino a Sandro echándose la mano al
paquete.) Gracias a Eduardo Fort por la sugerencia.
No One’s Gonna Love
You, de Band of Horses.
Para que veáis que no solo los latinos caemos en el cliché del querer-más-que-nadie, pongo esta bonita balada de Band of Horses.
Para que veáis que no solo los latinos caemos en el cliché del querer-más-que-nadie, pongo esta bonita balada de Band of Horses.
También pongo la versión de Cee Lo Green, no solo porque me
encante, sino, porque como dice un amigo mío que vive en París, “hay ciertas
cosas que los negros hacen mejor que nadie”. Aunque creo que él no hablaba de
música.
Santos que yo te pinté, de Los Planetas.
Pero sin duda, si hay un rey a la hora de volcar las
rupturas de manera poco elegante en sus canciones, es J. Hasta el punto de que
si el despecho llegase a convertirse en deporte olímpico, España podría estar
segura de la extensión de su dominio a otra disciplina más; hasta el punto de
que si hiciesen unos premios que reconociesen la falta de tacto a la hora de
acercarse a una ex, pongamos, Los Orden De Alejamiento Awards, el primer homenajeado
de la gala sería él; hasta el punto de que VOX se plantea presentarle en sus
listas como posible Ministro de Igualdad.Fuera de coña, una de mis favoritas de Los Planetas: “Puedes buscar por tierra, puedes buscar por aire / que como yo te he querido, no va a quererte nadie”.
Pero de J, la que más me gusta, por aproximarse al tema de
una manera delirante es No sé cómo te atreves,
cuando su voz se mezcla con la de La Bien Querida para decir: “Ya sé que no
tenía que haber venido, pero dónde puedo estar mejor que aquí contigo./ Y tú
tendrías que reconocerlo, que conmigo es con quien más te gusta hacerlo”. Claro
que sí, mi rey, como tú, NINGUNO.
Pd: Muchas gracias a todos por vuestras sugerencias vía facebook y twitter.
La de Jota también es de mis favoritas. Pensaba que la dedicaba a su droga.
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