No es que un gran porcentaje de votantes hayamos decidido dar nuestro apoyo de manera libre y legítima a partidos ajenos a las fuerzas tradicionales, no; sino que hemos condensado nuestra ira y rabia en las urnas provocando el ascenso de una serie de agrupaciones cuasi criminales. Somos, en definitiva, responsables de haber llevado a los haters a las instituciones.
Y lo cierto es que de he reconocer que, por una vez, tienen razón. Al menos en mi caso, no mienten: los odio con todas mis ganas. Es por eso que, con voluntad de enmienda, he decidido fijarme en su ejemplo para aprender cómo se puede uno enfrentar a la política dejando el odio para después de comer.
El Partido Popular y sus miembros no odiando:
Esperanza Aguirre no odiando los resultados de unas elecciones libres:
Pablo Casado, nuevo vicesecretario de comunicación del PP, no odiando la Memoria Histórica:
El Partido Popular de Masnou no odiando la libre determinación de los pueblos:
Xavier Albiol, exalcalde del PP de Badalona, no odiando el uso electoralista de la xenofobia:
Marta Casado, candidata del PP, no odiando los matrimonios interraciales:
Esperanza Aguirre, one more time, no odiando la sanidad pública:
Esperanza Aguirre no odiando la enseñanza pública:
José María Aznar no odiando a los partidos independentistas vascos:
Ana Botella no odiando la falta de preparación para desempeñar un cargo público (aunque odiando un poquito la fecha límite para matricularse en la Escuela de Idiomas):
Andrea Fabra no odiando el paro de larga duración:
Rafael Hernando, portavoz del PP, no odiando a los símbolos republicanos (ni atribuyendo los muertos de la Guerra al bando republicano):
Rafael Hernando no odiando a la Memoria Histórica:
Rafael Hernando no odiando a Rubalcaba (efectivamente, le ofreció hostias en el Congreso y tuvieron que sujetarle):
Esperanza Aguirre, here she goes again, no odiando a las fuerzas de seguridad del Estado:
Cristóbal Montoro no odiando al cine español ni a los medios no afines al Gobierno:
El ministro Wert no odiando a la enseñanza catalana:
José María Aznar no odiando a la civilización en general (aunque sí a James Cameron por no darle el papel de Terminator):
La derecha mediática no odiando:
Periódicos no odiando el derecho a huelga:
Telemadrid no odiando la manipulación partidista de medios públicos:
ABC no odiando la instrumentalización del conflicto vasco:
Presentador facha no odiando la homofobia:
El Mundo no odiando la utilización de las víctimas:
ABC no odiando la presunción de inocencia:
Votantes de derecha no odiando:
Entrañables ancianitos no odiando las alternativas políticas:
Simpáticos centristas no odiando pedir taxis con la mano levantada:
Policías no odiando el derecho a manifestación:
Manifestantes no odiando los derechos de las mujeres (a estos los policías los no odia menos):
Gente de bien no odiando los derechos de los homosexuales:
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