martes, 21 de mayo de 2013

Orfidal y caballero.

 
Orfidal y caballero es la más antigua de todas las canciones que hay en Tiempo de nísperos, aunque tardamos en decidirnos a recuperarla para el disco. La primera versión de la canción, que tiene muy poco que ver con la definitiva, surgió antes que la mayoría de las canciones de Hijo único, antes incluso de que saliese Sí a todo, entre octubre de 2010 y febrero de 2011. Y me acuerdo tan bien de la fecha aproximada en la que probamos con esta canción por primera vez porque en esos primeros intentos no era Eli quien tocaba la batería, sino Pablo Magariños.
No es que los Rusos nos diésemos un tiempo con nuestra pelirroja favorita, sino que, jovencita ella, se fue de Erasmus a Bélgica dejándonos compuestos y sin ritmo. Eli aprovechó su estancia para, entre otras cosas, sernos infiel con algún proyecto musical en el que ella llevaba la voz cantante, y nosotros la correspondimos buscándole sustituto en la forma de un riojano fornido.
Creo que en el mismo ensayo en el que probamos Orfidal por primera vez también hicimos un primer intento de Mono divertido y de Pelo largo, una canción muy Beach Boys que nunca llegamos a terminar en cuya letra contaba cómo evoluciona la historia de amor entre un chico y una chica a través de los diferentes cortes de pelo que ella se hace: “El verano en que te conocí tenías novio y el pelo largo. Me besaste por primera vez la noche antes de irte de Erasmus”. Luego Betacam cogió un poquito de esta idea para la letra de Los días, de Templeton, cosa que queda del todo convalidada por “las cosas guarras” que yo le cogí de su Machintosh para la letra de Broma antisemita. Como veis, somos gente incestuosa.
Supongo que el motivo de que nos saliesen tantas canciones por aquella época residía en la frustración de tener el Sí a todo grabado y guardado en el cajón sin nadie con quien editarlo (tiempo después descubrimos que los cd-r’s que mandamos a los sellos estaban mal grabados y no se oían). Y además de esa frustración, era el primer año del grupo con esta formación y, con el entusiasmo, no podíamos parar de crear. Ya sabéis que en los primeros meses de una relación se folla mucho. Luego ya se folla menos, pero mejor.
Dentro del apartado personal, yo, por aquella época, y tras haber pasado mi particular travesía del desierto por el mundo del ligoteo después de mi ruptura con Arti (¿no os pasa que, después de romper con alguien, tenéis la certeza de que no seréis capaces de encontrar alguien con quien follar nunca más?), me veía con bastantes chicas. Pero no era feliz con ninguna y todas terminaban por echarme en cara cierta melancolía intrínseca a mi carácter, lo que me desconcertaba mucho, porque yo ya les había avisado claramente de que, sí, soy un hombre triste. El hecho de que lo diga con una sonrisa no lo hace menos cierto.
El caso es que a mí, a partir de esto, se me ocurrió la idea de hacer una canción de tono festivo en la que un hombre nos hablase de su tristeza y de cómo ésta le impide triunfar en sus relaciones amorosas, pero no lamentándose por ella, sino celebrándola en cierto modo. Como si fuese su particular Desfile del Orgullo Triste. Y pensé que a la hora de contar miserias de forma festiva, poca gente hay mejor que The Magnetic Fields. Y me obsesioné con estas dos canciones:
 

Pero, como os decía, a pesar de haber llegado antes que otras canciones que teníamos, la dejamos aparcada. Por un lado, porque el tema tenía desde el principio cierta vocación electrónica que hacía que no encajase para nada en las intenciones guitarreras de Hijo único. Por otro, y aunque a Laura y a mí nos gustaba bastante el concepto de la canción (creo que a Iván y a Eli tampoco les parecía mal), a Betacam no terminaba de convencerle. Y es que creo que, por lo general, la curiosidad de Javi a la hora de acercarse a una canción, se despierta mucho más a través del tipo de producción que ésta le pueda sugerir que por la canción en sí misma. Así que me costó convencerle para que nos pusiéramos a trabajar en ella. Hasta que le propuse que llevase la canción totalmente a su terreno, esto es, que hiciera un hit electrónico. Yo tenía en mente algo como esto, que es otra canción que me obsesiona:
 
Y parece que a Betacam le convenció más lo de tirar la canción por ese camino que mis constantes referencias a Stephin Merritt, así que cuando acabamos de dar forma a la estructura de la canción, y solo tres horas después de haber salido de su casa, ya me mandó una versión solo a base de sintes que, la verdad, de bien que le quedó, está para publicar tal cual. Orfidal y caballero es la primera canción que tuvo remezcla antes que versión oficial.
Pero lo cierto es que, aunque esa versión está muy bien y esperamos poder editarla en algún disco de remezclas, era un poco excesiva en lo electrónico para nosotros. Tenía más de Betacam que de Rusos, y casaba regular con las demás canciones. Y si a Betacam no le convencía del todo las primeras aproximaciones a la canción, ahora era a Laura a quien no le gustaba el toque techno. Así que tuvimos que llevar la canción al local y empezar de cero.
Durante todo el proceso de preproducción del disco, volvíamos una y otra vez a Orfidal, y no había manera de sacar nada de ella. Cambiábamos la estructura, arrancábamos con el estribillo, con el coro de las chicas, cambiábamos el orden de entrada de los instrumentos, el ritmo de la canción… Pero nada. Intentásemos lo que intentásemos, la canción no caminaba. Llegó a ser muy frustrante, y llegué a dudar seriamente que la pudiésemos incluir en el disco.
Pero cuando Pablo vino a Madrid a ensayar con nosotros antes de bajar al Puerto, aportó una visión completamente nueva a la canción a partir de una idea bastante simple. Nos propuso que empezásemos con la canción a tope, desde su punto más álgido. Que estuviese arriba desde el principio. Y a partir de ese concepto tan sencillo, la canción empezó a salir. Pablo y Eli empezaron a jugar con el ritmo, y Betacam se vino arriba con la idea de hacer una canción bailable que a la vez fuese superépica. En sus propias palabras: “una canción que sirva para los anuncios de la Vuelta”.
Y la verdad es que la primera vez que terminamos de tocar Orfidal en el local y, por fin, funcionaba, me emocioné mucho.

1 comentario:

  1. Hombre triste que escribe canciones tristes disfrazadas de felices

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