martes, 7 de mayo de 2013

Charletas, feiguapas y la manera en que es el amor (Motivos por los que adoro a Jens II).


 
1- Adoro a Jens Lekman por la especie de blog personal que tiene dentro de su página web: smalltalk. Es una auténtica maravilla, desde su mismo título, que para los que no sepáis inglés puede ser traducido por algo así como ‘charleta’.
El objetivo inicial del blog, me imagino que como el de todos los que teniendo un grupo abrimos un blog, era establecer una vía de comunicación más directa con sus fans. Para ello, aunque haya dejado de hacerlo más recientemente, cada mes proponía un tema de conversación acerca del cual los fans le podían escribir a su correo personal. Eso sí, para esperar una respuesta de Jens, estaba prohibido salirse del tema y las normas propuestas por él. Por ejemplo, en octubre de 2012, quien quisiera escribirle tenía que empezar cada párrafo con “I remember…”, y a modo de ejemplo, entre otros muchos recuerdos, nos contaba que él aún recordaba el sabor del hígado y la forma en que pegaba sus mocos detrás de la silla.
En general no eran temas ni condiciones muy complicadas. Proponía hablar sobre correr, rebeliones adolescentes personales o usando la tercera persona para referirse a uno mismo. Pero la verdad es que nunca me dio por escribirle. Por un lado, porque supongo que ningún tema me ha despertado suficiente interés. Por otro, por timidez. Y por último, porque aunque hable inglés con relativa solvencia, cuando intento tener conversaciones que vayan un poco más allá de la charleta, en las que, para qué negarlo, quieres impresionar a tu interlocutor, acabo con un dolor de cabeza espantoso.
(Aún recuerdo la terrible jaqueca con la que acabé una nochevieja adolescente en la que me ligué a la prima londinense de un amigo mío. Ella no hablaba ni papa de español, así que para conquistarla tuve que exprimir mi oratoria como no lo he hecho nunca, ya que, evidentemente, yo, cuando he ligado en mi vida, no ha sido gracias al físico sino a la labia. Quizá podía haber utilizado este recuerdo para escribir a Jens).
Pero temas del mes aparte, lo que más me gusta del blog de Jens son las pequeñas historias cotidianas que nos cuenta. Hay tres que recientemente me han ganado el corazón.

Primero: Al ir a tocar a Australia, país donde había estado viviendo recientemente, recuperó una caja de cd`s de su gira anterior. Por lo visto los cd`s estaban en perfectas condiciones, pero sí que tenían pequeños daños en el embalaje o los libretos, como arañazos o pequeñas manchas de humedad. Así que no se podían vender. De manera que decidió firmar cada una de la copias y las dejó en la tienda de discos de un amigo. Cualquiera que quisiera uno, solo tenía que pasarse por la tienda y cogerlo gratis, aunque Jens sugería que su amigo el tendero sí que agradecería una propina en forma de chocolatina.

Segundo: De vuelta a Goteborg, publicó una entrada bajo el título de “¿Alguien quiere un piano?”. Por lo visto se iba a comprar un piano nuevo, de manera que regalaba el suyo, aunque quien lo quisiese tendría que hacerse cargo de los costes del traslado, para lo que sugería transportistas profesionales, o cuanto menos, llevar suficiente ayuda, porque “transportar un piano no es trabajo para una sola persona”. También aclaraba que el gato del dibujo no estaba incluido en la oferta.
 
Tercero: A partir de las muchas preguntas que recibe sobre Jennifer, el personaje inspirado en una amiga suya del que habla al principio de la canción Become Someone Else’s (“Jennifer me contó acerca de su último admirador. Yo respondí ‘alguien debería escribir un libro titulado Así que crees que te has enamorado de Jennifer….’”), pensó en proponerle a su amiga que hiciese una especia de consultorio sentimental, algo así como los dealbreakers de Liz Lemon (el personaje interpretado en 30rock por Tina Fey, mujer que me vuelve loco y de la que tengo que hablar otro día). De manera que ahora ambos se dedican a atender a los problemas sentimentales que puedan tener sus fans.

 
2- Adoro a Jens Lekman (y en esto poco mérito puede atribuírsele, más allá de tener muy buen gusto a la hora de elegir con quien se rodea) por su bajista Julia. Julia es una feiguapa encantadora y muy pizpireta que se mueve con mucha gracia por el escenario cuando toca. Las  feiguapas son esas chicas que, siendo aparentemente feas, sin tener ningún rasgo que de manera independiente entraría dentro de los cánones convencionales de belleza, por algún motivo que se nos escapa a la razón (y detrás del cual seguramente se oculte la existencia de Dios), nos resultan increíblemente guapas. Pero de ellas,  y de su antítesis, las guapifeas, hablaré en una próxima entrada, a ser posible esta semana.


Julia es la chica el dibujo, dibujo en el que, por cierto, se parece muchísimo a la chica que me hizo el Gandhi; chica a la que, cada vez que me cruzo con ella, veo más guapa que la vez anterior. (¿Será la primavera? ¿Será la enfermiza atracción que siento por las chicas que me han rechazado? Misterios de la vida…). El caso es que, como podéis ver, tampoco es que la bajista de Jens destaque especialmente como feiguapa. Dudo que consiga muchos apoyos en la parte ‘guapa’ de la ecuación que le atribuyo. Y lo cierto es que en mi atracción por Julia se convergen dos elementos: por un lado, cierta dosis de feiguapismo altamente subjetivo; por otro, una gran proporción de grupismo masculino. Ese es un tema sobre el que también me gustaría escribir, pero no sé si lo haré, porque me temo que puede despertar muchas sensibilidades (y generalmente las sensibilidades tienen el sueño tan ligero no suelen ser muy despiertas). Pero, se reconozca o no, los tíos somos tan grupis como las tías, y para muchos de nosotros, ver una chica tocar, y que se nos caigan los calzoncillos al suelo, es todo uno. Y mirad a Julia aquí. Qué maja. Cómo se mueve (sobre todo a partir del minuto 6). Ay…



3. Adoro a Jens Lekman por esta versión de That’s The Way Love Is, del grupo de los 80. Llevo escuchándola en bucle desde que la descubrí, y ya hará tres meses de ello. La letra es maravillosa.
Two people take a vow to be together
and live and love each other forever.
They promise to love a lifetime
 

Funny thing...

Then they change their minds.
They both go their seperate ways

and love is just a memory.
 

But a young heart doesn't stay sad long
another love soon comes along.

That's the way love is

Pd: Siento si habéis sentido mucha vergüenza ajena al leer lo que escribo sobre Jens, pero ya aclaré aquí que cuando hablo de él en poco me diferencio de una belieber adolescente.

Pd2: Creo que todos los dibujos que usado son del propio Jens. En cualquier caso, los he cogido de su web. 

6 comentarios:

  1. Quiero comentar que me gusta el blog pero no me salen las merecidas palabas de admiración. Así que hala, enhorabuena y a darnos más!

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  2. Te quiero, Manu. Te quiero a ti y a Jens, pero una de las muchas diferencias en mi amor por ustedes, es que a Jens ya lo vi en vivo.
    Un abrazo desde muy lejos.

    T.

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    1. Muchas gracias, Té. A ver si hay oportunidad de que nos veas en directo pronto.

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  3. Jens es la cosa más bonica que ha pario Suecia. Yo estoy obsesionada con Maple Leaves, por la música y también por la letra. Este invierno hice una ilustración sobre la canción y le escribí para enseñárselo y para decirle cuánto me habían gustado sus charletas entre canción y canción en el concierto. Me contestó y muy majo. Ay.... JENS!

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    1. Ay, Jens... Pues me encantaría ver la ilustración. Podías mandármela.
      Y comparto la obsesión con Maple Leaves. Siempre he querido hacer una canción con esos dos ritmos de batería enlazados.

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